Al hablar del síndrome del corazón roto aludimos al “corazón biológico”, también conocido como miocardiopatía por estrés o síndrome de Takotsubo, más hay un sentido figurado en dicha entidad clínica que podríamos referir como “corazón metafórico”, al que hacía referencia Oscar Wilde cuando expresaba: “El corazón fue hecho para ser roto”.
EL CORAZÓN BIOLÓGICO
¿En qué consiste el síndrome de Takotsubo?
Takotsubo toma su nombre de una olla japonesa para atrapar pulpos que se asemeja a la forma del ventrículo izquierdo de un corazón angustiado, tal y como se observa en el síndrome del corazón roto.
Fue descrito por primera vez en Japón, en el año 1990, tras reportar los médicos japoneses que pacientes, mayoritariamente mujeres, sufrieron un ataque cardíaco después de experimentar un dolor emocional intenso o estrés severo.
“Bienaventurados los corazones que pueden doblegarse; nunca serán quebrantados”.
Albert Camus
Las ulteriores investigaciones revelaron que tal estado producía un debilitamiento del ventrículo izquierdo, principal cámara de bombeo del corazón.
Los estudios más recientes sobre el tema, revelan que en un 90% de los casos informados, se presentan en mujeres, de entre 58 y 75 años, y el aumento, en niveles tóxicos, de las hormonas del estrés, llamadas catecolaminas, se postula como la causa probable, al provocar cambios en las células del músculo cardíaco y/o en los vasos sanguíneos coronarios que impiden que el ventrículo izquierdo se contraiga eficazmente.
A resultas de dichos estudios, los acontecimientos de vida que presentan una importante carga emocional, independientemente si estos son positivos o negativos son procesados del mismo modo por nuestro sistema nervioso central y, por tanto, ambos pueden desencadenar el síndrome en cuestión.
La violencia doméstica, recibir malas noticias, un accidente automovilístico, la pérdida de un ser querido, pérdidas financieras, el miedo intenso a hablar en público o una fiesta sorpresa, son algunos de los múltiples estímulos que podrían desencadenar la aparición de este síndrome.
“¿Qué es más fuerte que el corazón humano, que se hace añicos una y otra vez y aún vive?"
Rupi Kaur
Así pues, en cualquiera de los casos, el mal manejo de las emociones y el estrés emocional puede contribuir a la aparición de este síndrome, por lo que es esencial, tanto para la salud física como la mental, encontrar formas de controlar el estrés, la ansiedad y otros tipos de tensión emocional.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas del síndrome del corazón roto son similares al de un ataque cardíaco, si bien el dolor en el pecho puede no ser tan intenso y, en cambio, puede presentarse una dificultad respiratoria, latidos cardíacos irregulares, repentina sensación de fatiga, sudor frio o confusión.
Los casos de desenlace fatal en el síndrome del corazón roto son raros, siendo lo más común que desaparezcan entre una y cuatro semanas, y que la completa recuperación se alcance en dos meses, presentando, las personas que lo padecen, un riesgo bajo de que vuelva a ocurrir.
EL CORAZÓN METAFÓRICO
Al hablar del corazón roto, pronto llegan a nuestra memoria casos en los que parejas de toda la vida mueren con muy poco tiempo de diferencia, sucumbiendo a un intenso dolor emocional, a un insuperable duelo que termina por romper el corazón de inicio herido. Y es que esa tristeza duele, duele hasta hacer inútil la ciencia del corazón.
“El hombre no puede vivir con un corazón roto”
Gabriele Falloppio
De otro lado, hablar de corazón roto, y soslayar el impacto emocional que una ruptura de pareja puede llegar a suponer constituiría una omisión imperdonable, pues hablamos de una de las situaciones más estresantes de la vida.
Las emociones que nuestro cerebro interpreta las percibe nuestro corazón, estableciéndose una conexión de la que depende nuestra salud física y mental. Es fácil entender pues que, a lo largo de la historia, se viera a dicho órgano como depositario de las emociones, más allá del hecho de considerar que lo importante siempre se situaba en el centro, tal y como sucede al nombrar los dedos de la mano: corazón para el dedo medio.
Las antiguas civilizaciones enseñaban que un corazón feliz era sinónimo de un cuerpo saludable y, por ende, de una larga vida. A resultas de lo que hoy sabemos, no estaban equivocados: “cuando el corazón habla todo el cuerpo se resiente”.
“El corazón se romperá, pero roto sigue viviendo”.
Lord Byron
Citando a Lyman Frank Baum, en su obra “El Mago de Oz”: “Los corazones nunca serán prácticos hasta que puedan volverse irrompibles”. Hasta el mundo mágico de Oz se presenta plagado de peligros y desafíos que exigen coraje y fortaleza emocional. Así pues, es necesario entender la naturaleza de nuestras emociones y aprender a gestionar las vicisitudes que entraña el vivir para salir fortalecidos de ello, pero puede suceder que, al igual que los personajes de dicha obra, no andemos muy sobrados de recursos para ello y necesitemos un “Mago de Oz” que nos haga reflexionar a través de unos objetivos a cumplir. Si es tu caso, no lo dudes, no esperes demasiado y procura apoyo terapéutico.
Belén Llano Beltrán